jueves, 2 de junio de 2011

Días Grises (Parte V)

Sus ojos se abrían lentamente como si no quisiera despertar. Cuando lo hizo se sorprendió al darse cuenta de donde estaba. No sabía  cómo había llegado a parar a la sala de Jerson.
En el sofá de al lado se encontraba Gino, que roncaba de un modo estrepitoso. Pablo no entendía como pudo conciliar el sueño con semejante ruido.
Decidió despertarlo y lo hizo lanzándole el cojín que le había servido como almohada la noche anterior.
Esto fue suficiente para lograr su cometido.

-¿Y los demás?
-Yo que sé. ¿Tengo cara de niñera acaso?

Gino parecía algo disgustado por la forma que su compañero le había hecho ver la luz del día.

-Ya pues. Yo sé que sabes.
-No dejas dormir y encima jodes. Jerson debe estar descansando en su cuarto y Bryan creo que se quedó a dormir en la habitación de los viejos del “Finta” (Así le decían a Jerson por la fama que tenía de ser muy locuaz con las mujeres).
-Ah. Creo que iré a levantarlos para que me cuenten que paso ayer, ya que no recuerdo nada.
-Que vas a recordar con la borrachera que te metiste. Mejor déjalo ahí. A menos que te guste saber que hiciste el ridículo.
-¿Tanto así?
-Si quieres puedo entrar en detalles.

En ese momento Pablo recordó algo de la noche anterior.

-Recuerdo que nos encontramos con la china Melissa y sus amigas, y estuve bailando con una de ellas que no recuerdo su nombre.
-Se llama Samantha. Y me pareció o antes de despedirse te dio su número.
-¿Ah sí?

Se fijó en su billetera, que se hallaba en su bolsillo de atrás, y encontró un papel con 9 dígitos.
-¿Este debe ser no? – Frotándole el Papel en la cara a su compañero-.
-Sí, fácil. Ni creas que fuiste el único que la hizo-Gino le mostró un papel similar- Todos ganamos ayer con los fonos. Quedamos  para iniciar las vacaciones como Dios manda y nos vamos de campamento los ocho.
-¡Wow!. Que buena noticia. Ya era hora que ligues alguna incauta.


Gino se encontraba a punto de responderle cuando bajo Jerson corriendo por las escaleras y se lanzó contra este de forma violenta.

-         No te dijimos que tú dormías con Fido. ¿O qué, te botó porque tenía miedo a que le contagies pulgas?
-         ¡Oe ya dejalo! Pobrecito. No es suficiente con que no lo quieran recibir en su casa, sino que tú también lo botas de la tuya.
-         Pero es que este brother incomoda hasta cuando duerme. Sus tremendos ronquidos se escuchaban hasta mi cuarto, no sé como tu siesta fue de lo más placentera. Por mi parte tuve que dormir con tapones en mis oídos.
-         Hablando de sueños placenteros.¿Bryan aún duerme?
-         Para ese won aún es medianoche. Vamos a despertarlo Pablo.-Sugirió Jerson-.Y tu Gino fíjate si mi perro tiene hambre para que le des de comer.

Gino hizo oídos sordos a la broma del “Finta” y prendió la Televisión para así distraerse hasta que sus compañeros volvieran.

-No deberías molestarlo tanto, si un día de estos no se suicida ingresará a la universidad con una pistola y disparará a quemarropa a todos, y al primero en apuntar será a ti.
-No creo que sea para tanto.
-De ahí no digas que no te lo advertí.


Cuando entraron a la habitación, vieron que Bryan se hallaba recostado en una posición poco común, como si el sueño le hubiese empujado por la espalda hacia la cama y este no hubiese tenido fuerzas para luego moverse.

-Nunca imaginé que Bryan durmiera de una forma tan rara,-Comentó Pablo a Jerson-.
-Yo tampoco creí que te gustara tanto el licor y mírate.
- Me excedí un poco pero no es para tanto.
-¿Un poco?. ¿Tienes presente las cosas que hiciste?
-No del todo. Gino estaba ayudándome en eso, hasta que diste la idea de levantar a Bryan.
-Entonces hagámoslo rápido para que tenga el honor de ser él quien te cuente la historia completa.


Pablo incitaba a su amigo a levantarse, pero este sólo se revoleteaba en la cama y se iba cubriendo cada vez más con la sábana. Fue entonces que Jerson apareció con un vaso con agua y lo roció encima de la “Urraca”.

Bryan despertó sobresaltado.

-¿Qué te sucede imbécil?
-Ya vamos a servir la cena y sigues en la cama. Ya levántate o esperas servicio a la habitación.
-¿Siempre tratas así a la visita?
-Sólo en algunas ocasiones.
-Bueno, te enseñaré a cómo hacerlo.
-Inténtalo.

Pablo no era bueno calmando conflictos, más si él no intervenía esa situación acabaría más que mal.


-Ya cálmense. Pareciera que no somos patas.
-Lo mismo digo. ¿Crees que porque estamos en tu casa puedes hacer lo que se te venga en gana?o ¿es que la resaca te pone conflictivo?
-Creo que un poco de ambas.- Respondió Jerson en tono desafiante-.
-Bueno me voy. Mátense si les da la gana.
- No, quédate. Él que se va soy yo.- Dijo Bryan- No soporto niñerías y mucho menos estupideces. Creí que con las de Gino eran suficientes.
-Me dices estúpido y te vas. Yo también creí que el único cobarde era el taradito de abajo, pero veo que hay 2 en el grupo.
-Piensa lo que quieras. Hablamos.

Sin siquiera enjuagarse el rostro Bryan bajó al primer nivel para avisar a Gino que se iba.

-¿Qué esperas para ir detrás de él?
-Tienes razón. Parece que sobro. Avísanos cuando se te pase.- Respondió Pablo y fue a darle alcance a la Urraca.


En el primer piso se hallaban esperándolo sus otros dos compañeros. Ni bien vieron venir a Pablo abrieron la puerta y se retiraron, sin agradecer la “hospitalidad” de la noche anterior.


En el camino al paradero, Bryan y Gino empezaron a criticar el comportamiento del “Finta”.


-Conmigo nunca había hecho una broma de ese tipo.
-A mi sí algunas, pero lo de hoy si fue insoportable- Respondió Gino ante el comentario de la Urraca-.
- Yo nunca lo había visto así. Fácil y como es la primera vez que despierta acompañado, ha querido parecer divertido, mas no le salió.
-Sí eso debe ser. Y conociendo lo orgulloso que es, pasarán varios días hasta que pida unas disculpas, si es que lo hace.
- Ya chicos déjenlo ahí. Él se va a dar cuenta de su mala actitud y verá como reconciliarse con la gente.- Sentenció Pablo-



 En el paradero se despidieron de Gino


-         Bryan ya fue. No te hagas más hígado. Mas bien cuéntame que cosas hice ayer.
-         ¿Qué tipo de cosas?
-         No te hagas. Mi comportamiento no fue el de siempre, y sabes que fue por efecto del alcohol.
-         ¿Ahora yo tengo la culpa porque te sugerí que bebieras un poco para que entraras en onda?
-         No nada. Esa borrachera la necesitaba, pero hay cosas de las cuáles me gustaría acordarme.
-         Créeme que preferirías no hacerlo.
-         Esa es cuestión mía por favor necesito recordarlas.
-         Si me veo en la penosa necesidad de tener que decírtelo, lo haré.
-         Si que te haces de rogar. De todos modos le preguntaré a Gino si es que tú no quieres decirme que ocurrió.


Pablo se disponía a bajar en su paradero de siempre sin despedirse de su compañero. Avanzó a la puerta de adelante del bus para indicarle al cobrador que se disponía a descender en la Av. Mirasol.


En ese preciso instante Bryan lo tomó del hombro y le dijo: “Esta bien, tú ganas”.

Ya en el asiento.

-Hubiese preferido no hacerlo, pero viendo que no hay otro remedio y eres una niñita resentida.
-Te golpearía por lo de niñita resentida, sin embargo no lo haré hasta que termines de contarme.
-Primeramente sabes por qué no quiero refrescarte la memoria.
-¿Por?
-Porque tiene que ver con … ya te imaginarás.
-¿Cami..?
-Sí, ella. Y realmente no quise pecar de importunado la otra vez, pero sé que ocurrió algo relacionado con ella y te noté algo decaído. Mas a los días te sentí otro, con ganas de olvidarla, de dejarla en tu pasado.
-Eres un excelente observador.
-Lo sé. Y es por eso que no quería decirte que ayer como Gino y Jerson se demoraban mucho en salir del baño, decidí ir a buscarlos y por un momento te hice descansar en una silla porque tu estado era desastroso y no podías siquiera mantenerte en pie. Cuando volví con los chicos al no encontrarte en la silla donde te había ubicado, medio que nos preocupamos pero no pasó a mayores porque sabíamos que no podías haberte ido muy lejos. Nos dividimos para buscarte mejor pero nada, ninguno de los pocos que quedaban recordaba haberte visto. Allí fue cuando realmente me alarmé un poco, sentí algo de culpa por haberte dejado a solas en esa situación. Hasta ese entonces sólo te habíamos buscado en los adentros de la disco. Salí por si las dudas- hasta ahora no entiendo por qué no lo había echo antes- sin muchas esperanzas de encontrarte, y fue allí cuando te vi. Tu estado no era tan alarmante más sí tu mirada. Tenía algo de furia y un poco de recelo. Talvez me confunda en describirla pero nunca antes había visto una mirada similar. Y peor aún si te digo que estabas fumando.
-Eso si no te creo- Pablo contradijo-. Desde hace años que dejé de hacerlo.
-No gano nada mintiéndote. Y está en ti creerme…. ¿Dónde me quede? ¡Ah sí! Al verte fumando y con esa mirada toda furibunda opté por contemplarte un rato a ver si te percatabas de mi presencia mas nada. En eso vinieron Gino y Jerson y también se sorprendieron de la escena tan peculiar que veíamos. No entendíamos cómo de tambalearte al caminar estabas allí bien parado y dándole hasta la última piteada posible a tu pucho. Después de un par de minutos volteaste, tu mirada volvió a ser la de siempre y sólo dijiste: “La vi”.
-¿Sólo eso?
-Dijiste que cruzaron miradas, quisiste acercarte pero algo en ti se paralizó. Al parecer ella también te reconoció porque buen tiempo no despegaron sus vistas uno del otro.
-¿Y estaba sola?
-No, estaba con un grupo de amigos según lo que contaste. Te veía como diciéndote que te acercaras pero la impresión era tan grande que tu cuerpo seguía inmóvil. Luego una amiga se le acercó y se marcharon junto a sus demás amigos.
Fue en eso que tus sentidos volvieron a ti., aceleraste el paso para darle el alcance pero la calle estaba más que desierta. Lo de tu cigarro si no lograste explicarlo, pero creo que dijiste que una chica que salía te ofreció uno. Aunque en realidad eso no es de importancia.


El rostro de Pablo lucía confundido

Bryan hizo una pausa para que su amigo pudiera decir algo, ante la historia que le había contado.

Luego de notar que el silencio de Pablo se promulgaba por ya bastante tiempo decidió proseguir.


-         ¿No tienes nada que decir al respecto?
-         Sí.
-         Dilo pues o ¿prefieres que adivine?
-         No creo que haya sido ella.
-         ¿Por qué lo dices?
-         Luego que me has contado, he podido recordar ciertas cosas, una de ellas fue la sensación de anoche.
-         ¿Y?
-         No fue la misma, fue similar más no idéntica.
-         ¿Eso quiere decir que?
-         No fue ella, sino alguien que le es muy parecida…

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